sábado, 1 de enero de 2011

Fernado Daquilema lider indigena decapitado en 1872 Riobamba Ecuador.


FERNANDO DAQUILEMA REY DE LA NACION PURUHA.
Durante la colonia y la época republicana han sucedido numerosas sublevaciones indígenas. Una de ellas fue la capitaneada por Fernando Daquilema oriundo de Cacha - Quera, a fines del año l871 en la época garciana. Agobiados por el pago de tributos y por la explotación, los habitantes de Cacha y sus comunidades tomaron venganza contra un diezmero abusivo al cual asesinaron. Daquilema reúne a su gente en la capilla de El Rosario y emprende el ataque a Cajabamba, Súbitamente los indígenas se desbandan y entonces Daquilema ordena la toma de Punín que cae bajo el control de los indígenas de Cacha. El gobernador de la provincia con refuerzos que llegaron de Ambato y Quito retomó la población de Punín que fue abandonada por los indígenas. La represión que siguió fue despiadada. Fernando Daquilema cayó prisionero y con numerosos prisioneros fue ejecutado en la plaza de Yaruquiés en la mañana del 8 de abril de l872.
LA RESISITENCIA DE FERNANDO DAQUILEMA
En 1871, cuando era presidente García Moreno en Ecuador, llegó al colmo la indignación de los pueblos indígenas por el abuso al que llegaron los opresores a través del cobro de los diezmos. Fernando Daquilema, descendiente de los Duchicelas, encabeza el levantamiento en Cacha (Riobamba), desconociendo el gobierno de blancos y aspirando a formar un nuevo gobierno. Cerca de la laguna seca de Cápac-cocha sitio denominado Cachatón fueron convocados a una asamblea con la finalidad de elegir a un jefe para los objetivos que tenían. Se reunieron en la capilla de la Virgen del Rosario y todos eligieron a Daquilema como su Jefe Supremo para revindicar el gobierno de los pueblos indios de la nación Puruhá. Tocaron la campana y la gente gritó: "Nuncanchc Jatun Apuj" (nuestro gran señor); y, tomado un manto y la corona de San José, le nombraron rey .Posteriormente se enfrentaron a las autoridades que les oprimían, a fuerzas del ejército, y a los opresores que vivían en los pueblos.
Atacaron Cajabamba con 10.000 indígenas armados con lo que tenían, las mujeres con piedras, palos, tupus, garrochas; se establece la lucha a muerte, no tienen buenos resultados, la mayoría huyen y son tomados presos 60 indígenas. Luego se reorganizan para atacar Punín y se enfrentan a las milicias enviadas por el gobernador. Es célebre el enfrentamiento entre Manuela León y el teniente político, venciéndola ella con una garrocha y luego le arrancó los ojos con el Tupu y los guardó en la faja de su anaco. Se tomaron con facilidad el pueblo, liberaron a los presos y luego se retiraron ante la noticia de que venían refuerzos de soldados.
El gobernador envió más de 150 soldados armados para perseguir a los cabecillas. Ante la persecución algunos solicitaron el indulto, que fue concedido por el gobernador y publicado con motivo del 25 de Diciembre en las parroquias; situación que fue considerada por Daquilema como una traición por parte de esos dirigentes. Fue perseguido, apresado y conduci do a la cárcel de Riobamba donde se encontraban presos otros dirigentes. El Consejo de guerra asesinó en la plaza, sin ningún juicio, a Manuela León y Julián Manzano ante la presencia de unos 200 indígenas. Posteriormente imponen la pena de muerte para Daquilema. El 6 de Abril es llevado a la iglesia para ser aconsejado por un sacerdote. El 8 de abril fue trasladado a la plaza de Yaruquiés, a las 11 am, lo fusilaron.
De esta manera recordamos otro de los grandes testimonios de rebeldía de nuestros pueblos. Solo hemos querido citar algunos ejemplos de lucha, por que es necesario permanentemente recordar de donde venimos, quienes somos y a que costo existimos.
Su ejemplo sigue vivo
El 8 de abril se cumplieron 133 años del vil asesinato de uno de los principales líderes indios que se enfrentó a la Iglesia y al régimen oscurantista de García Moreno, encabezando un levantamiento que se inició el 18 de diciembre de 1871, en la parroquia Yaruquiés, Provincia del Chimborazo.
Este levantamiento se originó por los abusos en el cobro de los diezmos por parte del recaudador Rudecindo Rivera que a decir de las autoridades de gobierno de ese entonces y de algunos “historiadores imparciales”, los comisionados “habían ido a congregar a la gente que debía pagar con su trabajo en la carretera el impuesto, tan antiguo como la República, que se llamaba subsidiario”.
Los pueblos Licto, Cicalpa y Punín plegaron al levantamiento, enfrentándose a las tropas gubernamentales, luego que García Moreno decretara el estado de sitio el 21 de diciembre en Chimborazo, sin amedrentarse ante la represión, haciendo retroceder a las tropas, que regresaron a Riobamba ante la amenaza de ser tomada.
Igual que los gobernantes actuales, García Moreno utilizó calificativos en contra de quienes se levantan contra la injusticia, en la sesión del Consejo de Estado, donde se aprobó el estado de sitio, “...siendo muchos los delincuentes la equidad aconsejaba que el castigo recaiga únicamente sobre los principales culpables, esto es, sobre los cabecillas del motín y los responsables del asesinato, incendio, robo y violencia, y que debía indultarse a los demás que apartándose de las filas de la sedición se presentasen a las autoridades”.
La mujer también ha jugado y juega un importante papel en la lucha de nuestros pueblos, tal es el caso de Manuela León, oriunda de San Francisco de Majshi Cacha Loma, (algunos historiadores cambian el lugar de origen) quien dirigió el levantamiento en Punín, junto a Francisco Gusñay, el 26 de diciembre, enfrentándose a las tropas del gobierno por un lapso de dos semanas, decayendo ante la superioridad en armamento de las tropas.
El 3 de enero de 1872, retornó la “calma”, disolviéndose tres compañías de la guardia nacional llamadas a servicio. Según Costales Samaniego se condenó a varios dirigentes a ser pasados por las armas sin fórmula de juicio. Fueron ejecutados Julián Manzano y Manuela León y posteriormente Francisco Gusñay. El 13 de marzo se levantó el estado de sitio, pero continuó el juicio criminal.
El 25 de marzo de 1872 se reunió el Consejo de Guerra para juzgar a Daquilema declarándolo culpable por dos “delitos”: haber sido el cabecilla principal del motín en el que fue declarado Rey y por responsable del asesinato de Rudecindo Rivera, siendo condenado a muerte el 8 de abril de 1872. Posteriormente el Ministerio de lo Interior envió una circular a las gobernaciones, en el que se manifiesta que se ha llegado a tener conocimiento de los abusos que cometen los compradores de primicias, los rematadores de diezmos y los recaudadores de la contribución subsidiaria al extremo de arrebatar a los infelices sus hijos en prenda de la cantidad que quieren recaudar dando justeza al levantamiento dirigido por Daquilema.